Review: Linterna Verde

 

Título original: 

Green Lantern

País: 

EUA

Año: 

2011

Director: 

Martin Campbell (La leyenda del Zorro)

Actores: 

Ryan Reynolds, Blake Lively

Duración: 

105 minutos

La historia se centra en Hal Jordan (uno de los cinco Linterna Verde famosos del cómic), un piloto rebelde que es elegido por un poderoso anillo para unirse a un grupo intergaláctico que protege al universo. A muy grandes rasgos, de esto trata la cinta.
Es un hecho factible, Linterna Verde es uno de los héroes con más mitología en los comics –estamos hablando de proporciones literalmente universales–, por tanto el intentar hacer una cinta de origen donde se cuente tanto la trama del personaje, como el vasto universo, resulta imposible. Esto es un problema porque, aunque es un héroe conocido, no es tan mainstream como para hacer una película dejando por sentada su historia y no queda más que intentar contarla completa.
El tratamiento del guión es simple y llanamente malo; los cuatro guionistas (sí, cuatro) intentan dar tanta información en tan poco tiempo que la cinta se vuelve lenta y vacía, pues se abren muchas interrogantes, pero muy pocas tienen relevancia al filme. El sentido del humor a veces es muy tonto e infantil y en otros momentos pretende ser serio y dramático y al final, sólo se siente desbalanceado. Hay muchas líneas de historia y ninguna “cuaja” realmente para interesar al público. En la misma línea, nos topamos con la introducción a demasiados personajes –incluyendo aquí a Sinestro (Mark Strong), Abin Sur, Tomar-Re, Kilowog y los Guardianes–, que se ven prometedores y al final, sólo aparecen en la mínima parte de la película.
Hablando de los muchos personajes, en la parte terrestre tenemos a Carol Ferris (Blake Lively), la Dra. Amanda Waller (Angela Bassett), Hector Hammond (Peter Sarsgaard) y su padre, el Senador Hammond (Tim Robbins). Y de todos estos personajes –sin contar que hay más secundarios y terciarios– sólo tienen una vaga importancia Ferris y Hammond, pues junto con Jordan, forman un extraño e incoherente triángulo amoroso.
Sabemos que no hay un filme de súper héroes sin villanos, y aquí tenemos a Parallax, un ente lejano que personifica el color amarillo del miedo (la kriptonita de los Linterna Verde) que, lamentablemente, asemeja a la horrenda versión de Galactus en Los 4 fantásticos y Silver Surfer, sólo que en mucho mejor logrado; al igual que Hector Hammond, que en realidad es el villano principal de la cinta, aunque sus motivos parezcan algo ridículos, tanto que hasta parece ser un chiste mal hecho, (la gente literalmente reía de su personaje en la sala). Sarsgaard es el mejor actor de la cinta, pero a partir del primer momento en su transformación, pierde toda la gracia y, como ya establecí, se vuelve risible.
Toda esta explicación de personajes e historias es sólo para dar a entender que hay demasiadas cosas, pero nada es desarrollado. Todo es tan incoherente y tan poco vinculado, que de verdad parece que cada guionista escribió una parte de la película y luego todos unieron las páginas sin siquiera molestarse en ver la mejor opción para darle cohesión. Y así, resulta una cinta sin emotividad alguna: todo lo épico que podría tener es reemplazado por escenas sin corazón y muy poco emocionantes que sólo se quedan en intento. Vaya, ni siquiera el score es notorio, y eso que éste debería ayudar a las situaciones épicas que merecía.
El lado positivo es que los efectos y el 3D son muy buenos; tanto los súper poderes de Linterna Verde, como el planeta Oa lucen atractivos y fieles al cómic, pero debemos recordar que a mucha gente le disgusta el uso desmesurado de escenarios digitales, entonces también puede ser un problema, aunque siendo sinceros, el lado técnico se defiende muy bien.
Al final, sólo obtenemos un guión complejo que se diluye a lo largo del filme –dejando ir a la audiencia– con actuaciones simplonas (no es que sean malas, pero tampoco sobresalen) y un buen espectáculo visual, pero nada más que eso. Tristemente Linterna Verde falla casi en todo lo que debe ser una historia de origen y nos deja con ganas de mucho, mucho más.

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